La relajación es una técnica psicológica que está cada vez más demandada en la actualidad y que sigue siendo ampliamente utilizada para reducir el estrés y fomentar estados de bienestar.
Para entender cómo y por qué funciona la relajación, intentaremos explicar brevemente la relación que existe entre el cerebro y el estrés.
Dentro del sistema nervioso, el Sistema Nervioso Autónomo (S.N.A) se divide en dos partes antagónicas (opuestas e incompatibles): el Sistema Simpático (encargado de las respuestas de activación, como por ejemplo el estrés, la ansiedad, las fobias, o los miedos), y el Sistema Parasimpático (encargado de las respuestas de desactivación).
Hoy en día vivimos en una sociedad donde imperan el ritmo acelerado de vida, la falta de tiempo para dedicarse a uno mismo y el estrés, mientras que el descanso y el autocuidado parece que apenas ocupan un lugar. Como resultado, tendemos a tener el Sistema Simpático activado y esto se traduce en una serie de respuestas en el organismo tales como ritmo cardiaco acelerado, respiración superficial, o aceleración de la motilidad intestinal, entre muchas otras, sin que apenas nos demos cuenta. Como hemos dicho antes, las respuestas parasimpáticas son antagónicas a las simpáticas y, por tanto, si están en marcha unas entonces no pueden estar las otras. Cuando se practica la relajación, se provocan respuestas del Sistema Parasimpático en nuestro organismo (disminuye el ritmo cardiaco, la respiración se vuelve más profunda, se dilatan las pupilas, etc.) y, por tanto, se anulan fisiológicamente las respuestas de estrés y ansiedad que provoca el Sistema Simpático.
Con el entrenamiento progresivo en técnicas de relajación se logra un equilibrio entre los dos sistemas, de modo que los sujetos aprenden a reaccionar con respuestas simpáticas más suaves y adaptativas así como a activar respuestas parasimpáticas inmediatas.
Se consigue evitar, de este modo, las consecuencias físicas, cognitivas y emocionales, negativas, de la ansiedad y del estrés, y también favorecer la aparición de estados de bienestar duraderos. Además, más allá de los beneficios directos sobre la salud y el organismo, se han observado cambios indirectos a nivel psicológico como una mayor capacidad de concentración, de creatividad, o sensación de vitalidad, entre otros.
Destinatarios
Todas aquellas personas interesadas en incorporar técnicas de relajación en su día a día, para mejorar su calidad de vida. Asimismo, todas aquellas personas que experimenten síntomas de nerviosismo o ansiedad tales como preocupaciones; miedos; inseguridades; pensamientos negativos, automáticos e intrusivos; dificultades para concentrarse; problemas para dormir; tensión muscular; dolores de cabeza o de estómago; intranquilidad motora; impulsos, como fumar o comer en exceso, etc. Y además, todas las que deseen aprender las técnicas más eficaces para manejar estos síntomas por sí mismos, reducir su grado de ansiedad y malestar y aumentar, así, su calidad de vida.
Objetivos del taller
La finalidad de este taller es dotar a las personas de las técnicas de relajación más eficaces para reducir su ansiedad y que puedan utilizarlas por si mismos de forma autónoma y eficaz. Se trata de que los asistentes adquieran un mayor grado de autonomía y una percepción de autocontrol.
Al finalizar el taller los asistentes percibirán que cuentan con unas herramientas eficaces para manejar su ansiedad, que podrán entrenar por su cuenta y utilizarlas a lo largo de toda su vida. Adquirirán la capacidad de relajarse en cualquier momento o situación que requieran, utilizando la técnica que mejor se adate a cada circunstancia, mejorando con ello, el estado físico y emocional.